Inseminación Artificial

Es una técnica sencilla e indolora que consiste en depositar en la cavidad uterina de la mujer el semen optimizado para el proceso, ya sea de la pareja (IAC) o semen de donante (IAD).

Inseminación Artificial

El objetivo de la técnica es mejorar la calidad de la muestra seminal y optimizar la maduración de los óvulos para aumentar la tasa de fecundación eliminando los posibles obstáculos que deben recorrer los espermatozoides hasta el óvulo.

Para ello, se realiza una estimulación ovárica promoviendo el crecimiento y la maduración de los óvulos, que es controlado mediante analíticas y ecografías. Cuando el ginecólogo / observa que el tamaño de los folículos es el adecuado, lleva un cabo de inseminación. El día de la inseminación, la muestra de semen previamente procesada mediante técnicas que optimizan su calidad, es depositada en la cavidad uterina mediante un catéter. El procedimiento es muy sencillo y no causa dolor.

Tras la inseminación se realiza un reposo breve en la consulta y después de éste, la paciente se puede ir a casa con las instrucciones correspondientes.

Aproximadamente, dos semanas después se tendrá que hacer la prueba de embarazo para valorar si la inseminación ha tenido éxito.

¿Para quién está indicada?

La inseminación artificial está indicada para mujeres con algún tipo de alteración en la ovulación o en la morfología del útero, en casos de vaginismo, mujeres sin pareja masculina o mujeres cuya pareja masculina tiene anomalías leves-moderadas en la calidad seminal.